LAS ALMAS EN PENA DE INISHERIN

Por: Williams Sernaqué H

Han pasado casi 4 meses de la celebración de la 95.ª edición de los Premios Óscar y aún sigo con el alma despeinada. Con una vaga desazón producto de que mi favorita para ganar al menos un premio de sus 9 nominaciones, The Banshees Of Inisherin, o también conocida en la región como Los Espíritus de la Isla, se haya ido a casa con las manos vacías.

Advertencia: solo yo me responsabilizo por los comentarios vertidos a continuación. Cualquier discrepancia dejaré mi correo para motivos de quejas y/o amenazas por si lo creen conveniente.

Mientras redacto espero no cometer el exabrupto de dejarme llevar por la subjetividad de mis preferencias, tampoco deseo desmerecer el trabajo de los otros largometrajes. Intentaré mencionar el punto fuerte de esta gran cinta, con palabras sencillas pero entusiastas, con un alto grado de fascinación por las historias simples que esconden en el fondo algo tan complejo que a veces ni nos atrevemos a mirar.

¿La mejor película del 2022?

Ya casi todos sabemos que la ganadora en la categoría principal fue la colosal, original, excelsa, insuperable, Everything Everywhere all at Once, y lo menciono sin un ápice de sarcasmo ─guiño, guiño─, sin embargo, considero una exageración que se haya llevado 7 estatuillas una película que hizo brillante dos cosas a) unos efectos visuales notables con bajo presupuesto b) una historia extraordinariamente entretenida y absurda. En todo lo demás considero que solo se queda con la jerarquía de una película buena. En lo que a mi concierne creo que el jurado debió dar más luz y vitrina a otras películas, y en especial a la que me ha traído aquí.

Una de las desafortunadas de la noche

The Banshees Of Inisherin nos sitúa en una isla remota frente a la costa de Irlanda, y nos cuenta el fin inesperado de una historia de amistad. Lo “divertido” de la ruptura es que uno de ellos, Colm (Brendan Gleeson), decide anular ese lazo un día cualquiera, de la noche a la mañana, argumentando que se cansó de que el otro, Padraic (Colin Farrell), fuera tan aburrido. Esta decisión irrevocable por parte de Colm alterará irremediablemente el mundo del otro. Es a partir de aquí que comienzan una serie de sucesos, que giran en torno a los intentos infructuosos de Padraic por recuperar a su amigo, que pondrá de manifiesto los pormenores de la vida en aquella isla. Con ello conoceremos más a los personajes principales, a los otros habitantes, a los vínculos que los unen, y las actividades a las que se dedican en aquel lejano lugar.

Padraic insiste y busca a Colm en su casa tras la ruptura amical. (Foto: IMDB)

Como verán, la premisa resulta sencilla, pero no hay que juzgar al libro por su portada.
Imagínate perder un amigo de toda la vida en un lugar donde casi no vive gente. Ahora imagínate que ese amigo además se haya cansado de ti y te amenace con cortarse los dedos de las manos si insistes en continuar con su amistad. Esa es la tragedia de Padraic: la pérdida. La soledad. A pesar de que este vive con su hermana, Padraic no renuncia a la persona que el eligió genuinamente como su verdadero amigo. Apego, dependencia, no sabría como calificar lo que sufre. Sin embargo, necesitamos entender su situación. Aunque no es tan simple. Lo que ayuda es contextualizarse. Imaginar la convivencia en esa isla. Un ecosistema desolado, un pueblo con una guerra a cuestas, un lugar donde la depresión debe ser la condición más habitual. Perder algo, sea significativo o no, debe ser una derrota difícil de sobreponerse. Entonces perder a una persona debe ser un castigo insoportable. Quizá sea por ello la insistencia, la no renuncia, el hostigamiento que se tergiversa con el pasar de los días y desemboca hasta el final en una disputa con decisiones casi mortales.

Por otro lado, tenemos a Colm, el “villano”, el que dijo hasta aquí nomas, tengo cosas más importantes que hacer. Detrás de su decisión se esconde una filosofía importante. No quiere terminar sus últimos años perdiendo el tiempo. Anhela tocar con sus manos algo más grande: la música. Se dedica a componer, a enseñar, a tocar, en pos de darle algo de significado a su vida.

Dos personajes enfrentados por ideologías diversas. Personas rotas en cierto sentido que buscan diferentes objetivos. Uno valora lo más sencillo del día a día, el otro intenta enmendar los años perdidos y se refugia en cosas que puedan trascender el tiempo. Y todo ello en medio de una guerra a cuestas, en una isla abandonada, en un mundo solitario.

El largo regreso de Colm a casa en medio de un paraje solitario. (Foto: IMDB)

Entonces es cuando la historia empieza a tener más sustancia.  Personajes que toman decisiones, malas, buenas, dudosas, obligados quizá por su circunstancia. Personajes creíbles, interpretados magistralmente por tremendos actores. Una actuación soberbia de Colin Farrell, quizá de las mejores de su carrera, en dupla con un increíble Brendan Gleeson. Quienes destacan sobre el gran trabajo que hicieron los demás personajes. Todos en escena, cada uno interpretando a seres complejos, orquestando una historia que deja huella, en una locación gigante, sombría, hermosa, que se presta perfectamente a desarrollar una trama increíble con una fotografía destacable, que también ayuda a contar la historia en general.

En suma, el director Martin McDonagh logra juntar estos elementos y construir una grandiosa película que se pasea entre la comedia, el drama y el suspenso, que cuenta mucho con tan poco, que coloca sobre la pantalla ideas aparentemente simples, pero con una carga dramática intensa, con interpretaciones profundas, con metáforas y alegorías sobre la vida y la muerte.

Por fin, y casi terminando de escribir esta breve reseña y opinión, siento que voy regulando emociones. Pienso: mereció más suerte.

Y a propósito de los Óscar, bueno, qué puedo concluir: interesantes ganadores y… que el resto de mi silencio hable por sí misma.

Puedes ver la película en Star+

Email: williams.sernaques@gmail.com

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