By: Ley
Mean Girls (2004), dirigida por Mark Waters y con el guión de Tina Fey, es una película que retrata las dificultades de la vida adolescente de preparatoria y todas sus implicaciones. Mostrando de esta forma la época escolar como un jungla llena de riesgos y obstáculos por superar, una constante carrera por la popularidad y la posición que conlleva, así como un espacio hostil donde los adultos imponen las reglas desde la prepotencia, sin resultados exitosos.
Chicas Pesadas nos regala estereotipos diversos de los principales actores de la adolescencia de una persona, capturando a su vez los elementos propios del inicio del segundo milenio.
Nos enfocamos en este blog en las protagonistas, quienes representan al grupo de mayor jerarquía en la preparatoria, ellas se caracterizan por cumplir los estándares de belleza de la época y ejercer -gracias a su estatus que esto les confiere- poder sobre sus compañeros y compañeras. Además de la belleza, otra de sus particularidades es el trato amable selectivo con sus pares, escondiendo detrás una figura intimidante que utilizan de forma estratégica para perpetuar y reafirmar su “superioridad”. Detrás de las chicas malas de la escuela se encuentra un abanico de inseguridades que la película muestra a través de escenas como en la que Regina acude a una tienda de alta costura para conseguir un vestido, sin embargo el de su elección no le no le queda, a lo que la vendedora responde con desagrado señalando que esa es la talla máxima comercial, esto además de reafirmar la hegemonía del cuerpo extremadamente delgado, refuerza la cultura de la dieta en acciones como la recomendación de Cady de una barrita milagrosa que la haría perder peso rápidamente. Lo que finalmente nos da la imagen de unas reinas consumidas por las expectativas sociales que al tiempo que supervisan y presionan a su entorno a cumplirlas o en su defecto, someterse a críticas y humillaciones.
Avanzada la trama y tras el descubrimiento del Burn Book -libro lleno de chismes y rumores acerca de cada una de las estudiantes de la escuela- Regina los esparcía por los pasillos de toda la escuela, lo que ocasiona una enfrentamiento físico entre las alumnas quienes posteriormente caerían en cuenta de que todas habían sido partícipes de la creación y difusión de dichos rumores. Desde un punto de vista de la competencia femenina y la escasa solidaridad entre mujeres presente en la película, podemos ver el desarrollo de una carrera constante por desprestigiar y denigrar a las demás compañeras, este es un punto de quiebre que en la película es tratado abiertamente. Como acción para reivindicar lo descubierto en el Burn Book, las estudiantes son separadas para llevar una especie de terapias reconciliadoras, basadas en el reconocimiento de la otra como una persona digna de respeto, una compañera y no una rival, promoviendo la solidaridad.

El clima reflexivo tiene un clímax en la escena de Cady en la competencia de matemática con los Mateatletas, en la cual es enfrentada con la participante mujer del equipo rival. Al inicio juzga su vestuario y maquillaje, sin embargo, pasa a concentrarse en resolver el ejercicio propuesto -el cual define el resultado de la competencia grupal-, pensamientos cruzan por su mente y producto de ello, nos deja esta frase: «reírme de ella no impedirá que me gane en la competencia, llamar a alguien gordo no te hará más delgado, llamar a alguien estúpido no te hará más inteligente y arruinar la vida de Regina no me hará más feliz. Todo lo que puedes hacer en la vida es resolver el problema que está frente a ti», con lo que se conduce a la respuesta al problema, otorgando a su equipo la victoria.

Como reflexión final, si bien esta película representa estereotipos sexistas y actitudes agresivas entre jóvenes, tiene un desarrollo que permite un análisis más profundo de sus personajes y sus relaciones, los principales problemas juveniles, visibiliza estándares y normas implícitas impuestas a las mujeres y deja rescatar la importancia de la solidaridad entre las mismas.